No sé rimar como tú,
ni ponerle miel a las palabras.
Yo soy más de memes tontos
y huidas elegantes.
Vos pintabas, yo hacía chistes.
Era más fácil de llevar
que verte llorar.
Tú escribes poemas ahora,
Te vuelves metáfora viviente.
Yo solo soy,
aquel borrador que quedó
Olvidado en el cajón.
Cuando nos conocimos,
Te pintabas el alma
yo, tan torpe,
miraba tus colores.
Me gustaba analizar cada detalle.
Llegando a veces notar,
la imperfección de la obra,
más no del artista.
Amaba ver el arte que eras, y eres.
porque eso eres, arte.
Yo en cambio,
son ese tonto que entra a un museo
y no entiende nada,
solo finge.
Porque eso sí sé hacer.
Crear ilusiones y apariencias.
Te pinté fantasías como experto,
dibujé a un hombre que no existe,
para que lo amaras.
Me puse años
como quien se crea un perfil en tinder.
Así que ¿sabes?
yo también soy un artista experto.
Me vestí de un hombre que no existía
para no mostrarte al niño asustado,
tratando de esconder mis inseguridades.
Hablaba mejor con el cuerpo,
aunque te juro que con vos
quería algo más que esa charla muda.
Fuiste mi templo,
y yo fui un buen creyente.
No negaré que tus piernas
eran mi religión secreta.
Deseando que vuelvan una prisión
que me deje sin aliento.
Ahora yo sigo escribiendo,
aunque sea en la piel de otras mujeres
que no tienen tu rabia,
ni tu silencio crudo,
cuando sabías que mentía.
Tú dices que fuiste ¿qué?
Y yo era ¿qué?
Sobrepiensas demasiado.
Callá.
No fui el temblor,
fui el que evitaba el drama
porque ya tenía el suyo.
Era más fácil verme fuerte así.
El que se iba por nuevas aventuras,
creyendo que la tuya podía esperar,
que siempre estarías ahí.
El que veía cómo te perdía,
y no lo quería aceptar.
Te di menos de lo que merecías,
y tú lo vestiste de esperanza.
Porque siempre ves luz
Donde solo habitan sombras.
Que cuando la luna se oculte,
Yo deseaba seguir allí.
Y solo yo,
No ese inútil que llamas amor.
Decía que no me molestaba compartirte,
Porque ahora era yo quien aceptaba migajas.
Nunca he sabido perder
pero tampoco sé quedarme.
Y tú....
fuiste un fuego que no supe mantener.
No me odies por lo que no dije.
No me nombres, si eso duele.
Pero si alguna vez te tiemblan las alas,
recordá que hubo un loco
que quiso ser tu cielo,
aunque no supo dejar de llover.
No sé si fui el mejor,
pero vos sabés que dejé marca.
Espero que al menos eso
te impida olvidarme.
Me dolió más de lo que sabés.
Te escribí y borré las piezas.
Ahora solo me digo
“Ella me amó antes de ser poeta,
y yo no supe leerla ni en carne viva”
Ya volás alto, ok.
También ando en lo mío…
Pero recordá que yo,
aunque oculte la sangre de tu recuerdo,
aún conservo alguna de tus plumas,
y con ellas tu arte,
por si algún día el retorno se hace presente.