Ante la mujer que fui,
Ante aquellos sueños rotos,
Aquellas noches de tormento,
Donde tu fantasía era mi ancla y mi destierro.
Aquella novela turcas infinita,
Que mi alma en silencio gritaba.
Esos hilos invisibles que me negué a cortar,
Me perseguían y me hacían tropezar.
Aquellas largas despedidas en vano,
Aquella mujer que se traicionó a sí misma,
Regresando por pasos avanzados.
Ahora me presento ante ti,
Te abrazo y me despido.
Hoy te entierro y te reconozco.
Comprendo tu valor,
Tu presencia y enseñanza.
Hoy renazco tras tus huellas.
Tras tu entierro,
Hoy es mi nuevo cumpleaños.
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