La sensación de incertidumbre,
De algo que está fuera de mi control,
parecía devorarme desde adentro,
como un abismo al que caía sin tregua.
Pero la magia…
la magia me dio hilos invisibles,
me enseñó a tejer destinos,
a invocar respuestas en el eco del viento,
a sentir que, aunque el mundo gire sin avisos,
mis manos aún pueden sostener un pedazo del tiempo.
Renunciar a esa minúscula forma de control,
A esa sensación de accionar ante algo invisible,
Solo genera decepción y fé,
Aprender a soltar
Vivencia esa incertidumbre, confiando
Que el viento soplará a tu favor,
Que en lo más alto del cielo,
Escucharan tus ruegos,
Verán tu corazón y todo saldrá mejor.
Si lo haces con el corazón no hay error,
Que mis caminos han sido abiertos y
Aún con las dificultades, tener una fé ciega,
Cerrar los ojos y visualizar el éxito,
Porque esta es la única magia que me permito ahora.
Y probablemente la más poderosa.