Que mis muros destruyó.
Llegó un poeta,
Cuya palabra me cautivó
Llegó un dragón,
Que su fuego me inspiró.
Llegó un rey de copas,
Cuyo transparencia me cautivó.
Ya no puedo huir más,
En los laberintos que formé.
No puedo seguir dudando,
Cuando la ciudad en llamas está.
Es tiempo de avanzar al fuego,
Y danzar en una rito ancestral.
Invocar a mi compañero,
Pues sola no puedo luchar.
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